El grito del silencio

Portada de Criminales, Charles Baudelaire. Le plus del amour de Don Juan

Portada de "Criminales", Charles Baudelaire. "Le plus del amour de Don Juan"

 

No puedes salir.

No pueden entrar.

Una jaula para osos

famélicos y hambrientos,

osos de circo.

 

No puedes huir.

No se rendirá.

Célula cancerosa

Dividiéndose en tu cuerpo

Sin previo aviso.

 

¿Cómo describir un sentimiento?

¿Cómo la palabra sin aliento?

 

Come:

Yo seré tu alimento.

 

No quieres oír.

No lo entenderás.

No se hizo para muchos

El grito del silencio

De la belleza.

 

No puedes sentir.

No te dolerá.

Ciencia de la indiferencia

Aprendiste en el colegio

De la pereza.

 

¿Cómo describir un sentimiento?

¿Cómo la palabra sin aliento?

 

Come:

Mensajes en el viento.

La legión de oro

Pesadilla- Fusseli

Pesadilla- Fusseli

Pájaro etéreo

De polvos de hueso

Y nubes de sangre,

Arrastras las guerras

Con el viento.


Bailamos,

Reimos y lloramos

Con tu son.


Tambores en la tierra

Nos marcan el ritmo.

Como animales

Fuerzas invisibles

Nos acorralan.

Vibraciones que matan.


Errando.

Vagando.

Mudando la piel

En rosas y espinas

De un paraje escarpado.



Perdiendo.

Gimiendo.

Siguiendo un vergel

Detras de un mesías

Que ya os ha encontrado.

Llegará la legión de oro,

Sus trompetas y coros

Nos anuncian

Sueños falsos

En papel de regalo.

Consumimos la esperanza

Consumidos por fantasmas.

¡Herederos

De ritos ancestrales!

¡Guerreros

Luchando siempre!

Contra fuerzas naturales

Con máscaras horribles.


¡Hermanos!

Los pecados capitales

Son dulces rameras

De rostros angelicales.

¡Después de

Pagados sus servicios

Os envenenarán!

Esperanza

Retrato de Frau Feez-Franz von Stuck

Retrato de Frau Feez-Franz von Stuck

Como al cortar limón

Para una copa,

Así rasgó mi lengua la derrota.

Saboreando

El amargor del cristal.


Como un atardecer

De sangre y oro,

Así calló mi capa con mi arrojo,

Sobre una nube

De dulce vanidad.


Danza y danza,

Mueve al son tus panderetas.

Mujer prohibida

Que adoramos los poetas.

Dulce verde.

Esperanza.

El pecado

¿Qué me pasa,
es que estoy seco por dentro?
Con el ánimo en el recuerdo.
Con el alma en el tintero.


¿Llegaré alguna vez a tocarla,
a incendiarme con su luz?


¿Qué será de las noches
que soñábamos sin tiento?
Daré otro tiento
a ver si entro en calor.


¿Cómo se puede resucitar
sin pasar por la muerte?
¿Cómo insuflarle vida
a un corazón inherte?


No se puede escapar
a los brazos de lo ajeno,
es mejor aceptar:
nuestro destino no es nuestro.


La imagen del pecado
no es suficiente
para llenar una existencia.
Los preceptos sagrados
no alumbran la senda
que lleva a la vida eterna.


Entonces,
¿por qué te quedas ahí sentado
esperando a que algo venga?

Dios abandono al hombre

<!– @page { size: 21cm 29.7cm; margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } –>

¿Cómo describir la realidad? ¿Cómo una ficción, a la que el público acude ansioso, se convierte en un ritual sagrado, espejo de los deseos más oscuros, alimento de vampiros que absorben por sus ojos? ¿Cómo hacer que dos realidades se crucen en el camino? ¿Cómo ser Dios? ¿Cómo provocaros el vómito: la catarsis? Yo os guiaré en el viaje.


Divagando acerca de estas cuestiones descendía de cuando en cuando mientras rodaba en la carretera, en la visión de la noche Americana de Jack Kerouac. ¿Era un sueño o una experiencia real? ¿Hasta qué punto las realidades se convierten en ficciones o éstas constituyen realidades propias? Entre el humo del verde bálsamo que fumaba, de los hilos de tela de araña comencé a reconstruir un tapiz en cuyas hebras (¿por qué recuerdo la soberbia obra de Aracne?) se representaba la historia de un amor: ¿vivido o soñado? Juzgadlo vosotros.


Aquella era una noche como tantas otras: rebuscas en tu bolsillo cuántas cervezas, bares, chicas, conversaciones o vivencias vacías podrás comprar con lo que hay en él. Te preguntas si merecerá la pena hacer el payaso una noche más para mendigar un poco de cariño, de comprensión, de autenticidad. Sí, amigos, nuestra sociedad occidental es así de irónica: tener que fingir para poder ser uno mismo. Pero me decía a mi mismo que aquella vez sería diferente:


– ¡Es verano tío! ¡Es tu momento! ¡No lo pienses tanto y a la calle!


Es cierto, el verano hace que la sangre sea más espesa y te cuecen las entrañas con facilidad, tu metabolismo se acelera. Particularmente en el verano del interior, aquí en las llanuras de las ovejas, la extrema dura, el seco y ardiente sol pone a los hombres como avispas. Jugaba ya con mis antiguos compañeros de colegio al duro:


-¡Venga hombre, los cuatro de golpe!

-¡Joder! Son cuatro bombitas, que aunque ahora no se notan verás dentro de un rato-dije yo.

-Venga Manu si eres bueno ahora te invito a un fly de camino al sitio de siempre.


El Pop, una reunión provinciana de otros rollos a la que acostumbramos a ir: niñas que hacen ballet abriéndose de piernas, niños raperos cargando sus pistolas. Bebí con mi amigo Piti, el portero más atípico de un pub, un superviviente nervioso que escribía pasiones, sin más sustento que sus flacos huesos y la nicotina:


-El mejor rock inglés fluye en The Who, The Animals y The Clash.

-Los Who tienen el toque-contesté yo-, pero sabes que prefiero a The Doors, son más salvajes, sin límites, sin horizonte.


Parecía que nuestro amigo el dueño nos escuchaba y los altavoces expulsaron a borbotones Niebla Púrpura. Salí en busca de algo. Miré la lata de conserva del viejo Andy Warhol que sirve de cartel y en el siguiente parpadeo la tierra se estremeció bajo mis pies cuando la sentí en mi córnea: no sabía si ante mi había llegado la hija de un jefe amerindio o si era una hechicera. La seguí dentro.

-¿Cómo te llamas?

-María, ¿y tú?

-Manuel, pero me llaman Manu. Creo que te conozco desde siempre.


Esto no se si lo pensé o lo dije pero llevábamos horas hablando de manifestaciones artísticas, de filias y fobias, de sueños y desesperación, de magia y fuego e impulsos…


Estaba embobado flotando en el caluroso aliento que empujaba sus palabras, sus blancos dientes y sus labios morenos eran los guardianes de un saber místico que no se aprende en los libros, la naturaleza era su madre y me había dejado una jugosa herencia.


-¿Nos vamos a dar una vuelta en mi coche?-me despertó de mi húmedo sueño.

-Creo que estamos demasiado ciegos y borrachos para conducir.

-Habla por ti pequeño. ¿Vienes o no?

-Te seguiría al abismo-me relamí por dentro.


Como yo era el copiloto, liando y liando, el coche pronto se convirtió en una nube tropical. Empezaron las caricias, las dulces mentiras, los ojos felinos y los instintos caninos. Y como en un viaje que ambos habíamos decidido sin necesidad de palabras, nuestro expreso de medianoche llegó a su destino: el portal de la casa donde vivía con sus padres. ¿Pasó el revisor a por los billetes?


-¿Y ahora qué?-me lanzó. Pero ya no tenía ninguna defensa, mi máscara de tragedia estaba hecha pedazos.


Un, dos, tres, mi arteria revienta, mi cuello se estrecha. Un, dos, tres, su nariz se ensancha, su pecho me reta.


Magnetismo: los cuerpos se atraen.


Electricidad: el ascensor se mueve.


Calor: mi pantalón palpita.


Humedad: por sus alrededores.


Si…El torbellino en medio de la confusión me arrastró hasta el hueco del ascensor. Si…El monzón me encontró en el camino y me caló los huesos bailando a su ritmo. Cuatro patas, dos perros jadeando y todos los animales de la selva aullando nos acompañaban y…


-¡Ah!…


Silencio.


Encontré la fuente de la eterna juventud, las aguas del paraíso caían por su espalda de bronce y me bañé en ellas. Dios abandonó al hombre. Eva desterró a Adán:

-Lo siento, no puedo seguir. No puedo hacerlo…Yo…Ya tengo a alguien-dijo.

-Yo…


Lo tenía.

Renacer poético

Con extrema cautela e inusitada paciencia, la diosa araña, la que pende nuestras vidas de su útero insaciable, fértil y mortífero a partes iguales, vasto en inverosímiles circunstancias, relanza una vueltas más de su tejer. Sólo soy una cigarra afortunada, lo suficiente grande como para no ser atrapada, lo suficiente pequeña para poder ver como son absorvidos por el hambre eterna los insectos más pequeños o incautos, o más frecuentemente los que se creen inmortales. Aqui comienza el aprendizaje, como el lento mirar a las hojas mesadas por el viento.

¡Hola, mundo!

Welcome to WordPress.com. This is your first post. Edit or delete it and start blogging!

  • Calendario

    • May 2024
      L M X J V S D
       12345
      6789101112
      13141516171819
      20212223242526
      2728293031  
  • Buscar